Vivir el sueño de la equidad y la justicia para todas
- Área de Contenidos Esfemica
- 5 may 2022
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Actualizado: 4 sept 2022
Reina, Reinaly y Alex son una familia de origen venezolano que migró a Cali hace alrededor de cuatro años. Llegaron huyendo de la crisis socioeconómica del país vecino y la violencia física y psicológica del esposo de Reina y padre de Reinaly y Alex.
La violencia machista que experimentaron los marcó profundamente.
En el caso de Reinaly, el hecho de ser niña y haber vivido más duramente y durante más tiempo que su hermano la violencia de su padre hacia sí misma y hacia su madre resultaron en el apocamiento de su espíritu; una autoestima decaída y una pobre autoconfianza.
El psicólogo de Reinaly le comentó a Reina, la madre, sobre el programa Escuela para niñas Katherine Eslava Rivera, o Escuela KER, de la Fundación Escuela de Estudios Feministas de Cali, Esfemica. Le dijo que podía ser un espacio idóneo para que Reinaly continuara recuperándose de las secuelas psicológicas producto de su trauma. Así fue como Reina y Reinaly incursionaron en la primera fase de la Escuela KER, desarrollada entre febrero y mayo del 2021.
A Reinaly no le tomó mucho tiempo perder la timidez y mostrarse auténtica.
En la Escuela KER 2021, aquella niña de ojos color miel vibraba de entusiasmo en cada actividad y parecía repleta de preguntas; en la Escuela KER 2022 la descubrimos en capacidad de tomar posición en defensa de sí misma y otras niñas, y llena de opiniones críticas basadas en su experiencia vital y el análisis que hace junto a sus amigas y profesoras.
“Aprendí que las mujeres tienen derechos, cuerpo y partes como el útero (...) que mi cuerpo es mi primer territorio y puedo decidir con quien compartir un abrazo y lo que siento”, relata la pequeña.
A Reina la emociona que gracias a la Escuela KER su hija tenga seguridad al hablar, sea espontánea, confíe en sí misma y haya mejorado en su comunicación. Pero no solo eso. También que esté aprendiendo a defenderse y tenga actitudes de autoprotección hacia sí misma y otras niñas.
“Cuando los niños la molestan, ella se defiende (...) Con diez años sabe que merece respeto, no va a repetir el patrón”, sentencia Reina rebosante de alegría al pensar que el ciclo de la violencia en las mujeres de su familia no continuará con Reinaly.
Cuando le pregunto cuál cree que es la dificultad más grande que enfrentan las mujeres en la actualidad, me responde que el empleo.
Las madres han analizado junto al equipo de profesoras de la Escuela KER las desigualdades y obstáculos que enfrentan como mujeres, especialmente si son migrantes, racializadas y/o de escasos recursos económicos.
Han profundizado en la identificación de violencias, principalmente sexuales, y han problematizado el hecho de que la prostitución se les presente como una fuente de ingresos, cuando en realidad las expone a peligros como la trata.
De ahí que cuando le pregunté a Reina por un consejo para las mujeres migrantes me responda que sean cuidadosas: “no permitan que las usen”.
Al igual que Reina y Reinaly, más de ochenta madres, adolescentes y niñas migrantes han dado con Esfemica y han participado de su programa Escuela KER. Juntas han emprendido un viaje hacia su empoderamiento personal y colectivo.
La mayoría de estas mujeres adultas, niñas y adolescentes residen en barrios populares de Cali.
Las madres se enfrentan al desempleo o la informalidad, el empobrecimiento económico, la desprotección estatal y, en el caso de las migrantes y racializadas, la discriminación.
Las niñas y adolescentes se ven afectadas, además, por el acoso callejero y la hipersexualización permanente de sus cuerpos.
El programa Escuela KER ha partido de la lectura de estos entornos adversos para las infancias y las mujeres y la identificación de las violencias que suponen, con el objetivo de llevar a la práctica un proyecto curricular con enfoque de derechos que propenda por la equidad y el protagonismo de las mujeres de todas las edades.
Cada niña, adolescente y madre que vive el proceso de la Escuela KER es una mujer que identifica su opresión individual y colectiva, se reconoce como sujeto de derechos, se hace consciente de su potencial y se fabrica un escudo de autoaceptación y hermandad mujeril que la protege del impacto del patriarcado sobre su integridad física, sexual y mental.
Reina, Reinaly y todas y cada una de las madres, niñas y adolescentes de la Escuela KER en sus dos fases (2021 y 2022) saben que tienen una amiga y una cómplice en todas y cada una de las profesoras que conforman el equipo humano de Esfemica.
Con el programa Escuela KER caminamos hacia un mundo para las niñas y las mujeres, en el que desde temprana edad nos sepamos superpoderosas. Reina, Reinaly y cada una de las niñas, adolescentes y madres que han participado del proceso encarnan el sueño de la equidad y la justicia para todas.



Historia de éxito escrita en el marco del proyecto Escuela para Niñas y Adolescentes Katherine Eslava Rivera con la financiación del programa Conectando Caminos por los Derechos.
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